30 sept 2011

good times

Cada vez que me meto aquí, es porque alguien, extraño, quizá hasta alguien lejano, me comenta que leyó mi blog hace poco por a, b, o c, y que le gustó. A mí me extraña, honestamente lo tengo tan botado que juro de guata que nadie tiene idea de la existencia de este espacio, y que obviamente a nadie le interesaría leerlo.

Se me olvida que tengo la dirección en twitter, y que si bien no soy ninguna famosa y con cue'a me siguen 100 personas, igual... es como cuando existía fotolog, luego facebook, los mismos blogs, ahora twitter... Uno va pasando de personaje en personaje, sin saber cómo ni cuando, y de repente se encuentra con personas que le llaman la atención.

Creo que estoy mucho mejor que la última vez que escribí. 
Entré a un trabajo que por un buen rato me rehusé a aceptar, porque el dueño del negocio es mi ex, y "te pasai de hueona de volver a tener contacto con él después de lo mal que lo pasaste y blabla" Supuse que sería complicado, pero era una buena pega, flexible, haciendo algo que me gusta mucho y que hago bien y con un sueldo pequeño pero muy bienvenido.

Duré un poco más de 3 meses. 
Hoy, 30 de septiembre, es mi último día de trabajo porque renuncié.
Esa sensación de tener que agachar el moño y rendirle cuentas a tu "jefe", que además es tu "ex", fue una mezcla incompatible...
-"Obvio pos hueona, yo te lo dije desde el principio!" 

Pero lo que más rescato, es que conocí gente la raja... yo que siempre me he quejado de no tener un grupo de amigas, o de desencajar con la gente que me voy topando en la vida, encontré personas que, a pesar de ser poco tiempo, supieron hacerme sentir querida, entretenida, en confianza, me hicieron reir, conversar de todos los temas habidos y por haber, me incluyeron en sus panoramas, valoraron mi trabajo como creo que nadie lo había hecho antes... ay, en fin... tantas cosas que me tienen súper contenta.

Es raro, dada mi personalidad y mi carácter, publicar y declarar abiertamente que estoy contenta. Pasa pocas veces. Me saco el sombrero ante esa gente que es siempre optimista, que siempre tiene ganas, que siempre tira pa' arriba y lo logra, porque a mí no me resulta.

Y con esta pega, corta pero fructífera en otros ámbitos, logré juntar algo de plata y comprarme un pasaje para ir ver a mi gente, mis amigas/hermanas, al otro lado de la cordillera, quienes me hicieron sentir sensaciones similares a las que vivo ahora, cuando estuve viviendo afuera.

Este post no tiene ningún objetivo ni tema particular. Así es cuando me dan ganas de escribir, escribo cualquier cosa, cosas que a nadie le interesan, pero que a mí me fluyen, del cerebro a las manos, al teclado.

Me habían dado ganas de escribir sobre el episodio de una ex-bloggera, a quien conocí a través de este medio (pa los que creen que los nerds que conocen gente por internet sólo conocen a personas del sexo opuesto porque son losers y nadie los pesca o qué se yo qué otro prejuicio), con quién fui muy amiga en un momento de la vida, y que tiene una historia digna de relatar, pero no.

Queda para otra vez que me vengan ganas de escribir.