Fuera de trainning

Siempre he dicho que desde que entré a la U este año, me he sentido un poco desencajada por ser la mayor, por ser la única que estudió otra carrera antes y se tituló, la única que ha trabajado con un contrato y un sueldo y así... cosas que la mayoría de la gente de primer año no ha hecho.

El problema no es que me sienta vieja. Obvio que no soy vieja, I'm a baby, pero de repente me cuesta un poco sacarme el prejuicio y abrirme a conocer gente, independiente de que sean más pendejos, buenos pa'l hueveo en clases y lo único que les importe sea carretear.

La cosa es que me he llevado la grata sorpresa de que la mina con que mejor me llevo, tiene 18 años, cumplidos hace poco.
18 años!!! Pendeja de mierda! Pero con ella me llevo bien, es muy parecida a mí a pesar de que actuamos muy distinto, y siento que con ella puedo empezar a desprejuiciarme...

Así, acepté irme a estudiar con ella y otra compañera el jueves, también aprovechando el impulso para remediar en cierta forma mi irresponsabilidad estudiantil que ya me tenía media preocupada. Estudiamos mucho, teníamos ayer la primera solemne de Contabilidad que fue una biblia de 16 páginas de desarrollo.

No sé si era porque estaba nerviosa por la prueba, porque estaba durmiendo en otra casa (no creo) o qué, pero la alergia primaveral me atacó como nunca... me asusté porque nunca se me había contraído el pecho de esa forma, en un momento no podía respirar porque, entre la nariz tapada y el pecho apretado, respirar por la boca era un suplicio. Me hice un "puf" (así se escribe eso?) por primera vez en mi vida, ultra descoordinada entre el respiro inicial y la descarga del tubito, todas riéndose de mi y yo urgida.

Día siguiente, vamos a dar la prueba y realmente 2 horas sin parar de escribir y hacer cálculos me dejaron exhausta.

"Vamos por una cerveza?"

En realidad a mí no me gusta mucho la cerveza... pero ya que estoy en campaña por sociabilizar más, dale, vamos.

Fui con esta pendeja amiga y 2 más que no son del típico grupo con que me junto... Conversamos hasta que nos aburrimos y cuando ya era hora de calabaza, calabaza, saltó la pendeja (con cariño el sobrenombre) y dijo: "acompáñenme a ver el partido de baby de mis hermanos y después carreteamos con ellos y nos quedamos en su casa."

Tradicionalmente, qué se yo, no sé si por la edad, o porque estoy (mal)acostumbrada a la comodidad de que me trasladen, de que me inviten, y que me lleven de vuelta a mi casa a dormir en mi cama, habría dicho que no.

Pues nuevamente dije: qué tanto, vamos a hacer de cheerleaders.

En resumen, después de todos los piques en micro (me eché toda la tarjeta bip, menos mal pago estudiante) de providencia a la casa de una, luego a San Carlos de Apoquindo, después al metro, irarrázabal y caminar por 10 de Julio no sé cuánto rato, llegamos al antro de la perdición, comí, tomé, bailé y trasnoché como hacía mucho tiempo no lo hacía...
Me encanta bailar, claro que el reggeatton me aburre y es lo único que tocan las radios... pero hacía mucho que no me embalaba, al punto que me pasó la cuenta hasta con calambres en las piernas! jajaja qué patético.
Tomé tragos ricos, y otros no tan ricos, pero hacía tiempo que no compartía comiendo y tomando sin importar nada, disfrutando que el copete desinhibe y a mí en particular me quita las trancas y me hace no pensar en nada y no darle pie a mis pajas mentales.

En fin.

Tengo que volver a estudiar porque esto recién comienza. Quiero estar feliz con todo lo que hago y lo que me pasa...


Allá voy.


N.